Hemos compartido cosas que nunca olvidaré, que forman parte de ti y de mí. Muchas risas, mucha incertidumbre, muchos lloros, muchas agonías; pero lo mejor que hemos compartido es la amistad, algo que nada podrá borrar, ni siquiera un comentario ni una palabra mal dicha. Dicen que los únicos que dicen la verdad son los borrachos y los niños, a lo mejor es cierto, no soy yo el que dice que no. Pero también pienso que la persona con la que yo hablé no era el amigo con el que he compartido tantas cosas, con el que he vivido ocho meses de mi vida. Eso es con lo que me quedo de "Un poeta del sur", con una serie de experiencias, y no con una sola.
Tiene gracia que siempre sea yo el que sufre por todas estas cosas, y siempre tenga que dar mi brazo a torcer por ellas, pero prefiero tragarme mi orgullo que perder parte de mi vida. Y, desde aquí amigo mío, te digo que el perdón es muy fácil decirlo, pero sigo pensando que las cosas que dijiste las pensabas porque ya las tenías interiorizadas. Es como aquel niño que dice a su madre: "Tonta", que sabe que hace enfadar a la madre pero que no sabe lo que significa. Pero aun así, y haciendo caso a un amigo, voy a decir por última vez: "Acepto tus disculpas". Pero ten en cuenta una cosa, si lo hago es porque estaría olvidando una parte de mi vida y, aunque me pasen cosas malas, estoy orgulloso de ser quién soy. Y tú ya formas parte de ella, cosa que poca gente a podido conseguir después de muchos años.
¡Siempre formarás parte de mi vida!
Es increible la forma de llegar a cada una de las personas que leen este blog. te sigo :)
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