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martes, 21 de diciembre de 2010

El secreto de mi magia



Suena en esta mente de fondo una lira,

parece que Orfeo me quiera hablar,

alto me grita y sin parar me dice:

¡Quiere como yo quise a Eurídice!

Me retaba con su música, y fijamente mira

como yo, incapaz de ganarle, escucho sin responder

a las preguntas que su voz escupe.

¿Eres capaz de salvar?

¿Traerla de vuelta a la realidad?

¿Sacarla del abismo donde rebosa la maldad?

¿Sostenerla cuando la serpiente la haya mordido?

¿Escupir el veneno que en ella han metido?

¡Eso, eso es amar!

Orfeo, medio loco, no puede dejar de tocar

melodías con fondo triste y melancolía,

Eurídice murió aquel fatídico día,

él falló al tratar de recuperarla de manos de Proserpina,

y ella se desvaneció acallando la felicidad de su lira.


El mito griego no me convencía,

corrí a visitar a Venus, mujer lujuriosa,

que, con una sonrisa, me vendía

el mejor filtro de amor.

Por él solo me pedía devoción.

Pero mi fidelidad estaba vendida...

Te la vendí a ti en estos versos.

Si ella los leyera se pondría celosa

y no porque podrían asemejarse a la ambrosía,

ya que su envida residiría

en la pureza de este corazón.

Pureza de sentimientos y de verdadero conjuro.

Hechizo que a Vulcano, ella jamás juró.

Asustada ante sus embaucadoras palabras, huí.

Mi magia no residía en esa pócima.

Aún no era consciente de que mi magia residía en ti.

Los nórdicos recibieron mi llegada.

Asgard,

palacio de la hermosa Frejya,

que realmente sabía lo que era amar,

pues había perdido antaño a su enamorado.

Lejana queda la época ya...

Pero Frejya se rió ante mi pregunta.

La pregunté por mi magia,

la pregunté por mis versos,

la pregunté por el origen de éstos,

la pregunté por ti. Y por mí.

Ella siguió riendo y al final confesó.

Llora, llora y sabrás lo que has perdido,

llora cuando notes que estás sola.

Llora y cuando tus lágrimas se conviertan en oro,

comprenderás el origen de todo.

Y encomendarás el tiempo al olvido.






Salí del Asgard con cientos de dudas,


buscando mi inspiración sin saber a dónde iba.


Y los pasos, solos, me llevaron a una plaza,


en el presente, lugar donde los recuerdos enlazan,


un primer beso y su sabor.


Recuerdo aún tu ropa, roja, y me viene el olor,


de la colonia que aquel plenilunio llevaste.


Toda la búsqueda se fue al traste.




No podía dejar de recordarte, cada momento,


cada abrazo, cada palabra.


Tus labios y la sensación al rozarlos.


Tu cintura.


Tu sonrisa haciéndome sentir segura.


Encontré en ese momento la inspiración,


encontré la magia de mis palabras.


Encontré la melodía que la lira tocaba en un rincón,


encontré el conjuro que Venus no creó.


Encontré el oro que Freyja en lágrimas perdió.




Descubrí el origen de todo... y de nada.


Hallé la verdad de mis latidos,


hallé en una cama,


tu imagen y la mía.


Era tan fácil... ahora mi mente me decía.


Y sin dudarlo me arropé a tu lado,


dejé que me abrazaras con ese pasional abrazo,


dejé que tus labios besasen mi frente.


Todo a mi alrededor desaparecía, me era indiferente...


Ya que por un segundo, tan solo por un segundo


dormí en el mejor lugar de este mundo.








2 comentarios:

  1. pero que buenooo es !!!!
    jajajaj sigue así, eh?

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  2. Vivi! ME MUERO! DIOS! Me encanta! He empezado a leerla y cuando he visto quién la había escrito casi me da algo! Preciosa

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